Las políticas de vinculación y transferencia tecnológica se encuentran en una agenda política de primer orden. Esto ha estimulado a las universidades y organizaciones científicas y tecnológicas de la región a desarrollar diversas estrategias para adecuar su normativa y sus prácticas a los nuevos desafíos y oportunidades que surgen de los vínculos con sus entornos y de la creciente demanda de servicios basados en el conocimiento científico y tecnológico.
Para la gestión de estas actividades es necesario elaborar indicadores que permitan el aprendizaje recíproco y la evaluación de los resultados que se alcancen. Medir estos procesos es un paso necesario para evaluar la conformación de los sistemas de innovación y aproximarse al impacto social de la ciencia y la tecnología.
La relevancia de estos nuevos escenarios hace oportuno orientar los esfuerzos hacia la identificación y el análisis de los fenómenos de vinculación. En el mismo sentido, normalizar su medición a fin de facilitar la comparación interinstitucional e internacional que haga posible el aprendizaje recíproco y la evaluación de resultados.
Existen importantes desafíos todavía pendientes para alcanzar un conjunto suficientemente validado y reconocido de indicadores comparables entre las instituciones de la región: sus dimensiones, las características y demandas de su entorno, los recursos con los que cuentan y la propia tradición institucional. Estas cuestiones hacen que la posibilidad de comparación se torne de gran complejidad.
En esta dirección se cuenta con el Manual Iberoamericano de Indicadores de Vinculación de la Universidad con el Entorno Socioeconómico, o Manual de Valencia (OCTS y RICYT, 2017) como una contribución a los esfuerzos regionales de medición y gestión de la vinculación en Iberoamérica.