Concebido como un espacio para la discusión colaborativa de las modalidades y estrategias de medición de la vinculación universitaria con la sociedad, se llevó adelante el I Encuentro del Foro los días el 2 y el 3 de diciembre de 2021. La reunión contó con la presencia de más de 80 participantes que acompañaron a los ponentes durante los dos días que duró el encuentro.
Al inaugurar el encuentro, Mario Albornoz, coordinador del OCTS, solicitó que el debate sobre la vinculación se orientara hacia una construcción práctica. “Debe importarnos cómo funciona, cómo se motiva y cómo se estimula la vinculación entre las universidades y la sociedad”, dijo Albornoz. “Hablamos de una actividad que debe ser gestionada profesionalmente y que requiere de instrumentos precisos, marcos institucionales y regulaciones adecuadas, y que necesita, además, de una cultura que esté impregnada en las instituciones universitarias.” El coordinador del OCTS indicó que ese espíritu ya se encuentra resumido en el Manual Iberoamericano de Indicadores de Vinculación de la Universidad con el Entorno Socioeconómico (Manual de Valencia) y en el armado exitoso de dos redes ya existentes: RICYT y la Red Iberoamericana de Indicadores de Educación Superior (INDICES). “Nos gustaría que este foro se configure como una ‘protored’ de la vinculación iberoamericana. Tenemos estos dos días para empezar a ver si esto es posible”, concluyó.
Oscar Alpa, secretario de políticas universitarias del Ministerio de Educación de la República Argentina, tomó la palabra para plantear que la pandemia ocasionada por el coronavirus ha resaltado la importancia del trabajo realizado por los diferentes actores del sistema universitario, cuya multiplicidad de tareas excede la enseñanza y la investigación, entre otras actividades más visibles. “Una manera de visibilizar este trabajo es tener un foro de estas características y operar dentro de su marco. Debemos apuntar a consolidar una gestión profesional de la vinculación que se inscriba dentro del quehacer universitario”, dijo Alpa.
Ana Capilla, directora de educación superior y ciencia en OEI, subrayó la importancia del OCTS, la RICYT y la Red INDICES en la generación de datos estadísticos que diagnostican con exactitud las realidades de los 19 países que integran la organización. “La producción de indicadores de vinculación es una gran noticia para la OEI, ya que nos permite ahondar en la transferencia del conocimiento que se produce en la región”, explicó Capilla. “Nos ayuda también a incentivar a los investigadores universitarios a trascender hacia la sociedad en tiempos de recursos finitos.”
Por último, Luis Scasso, director de la oficina de OEI en Argentina, también destacó la oportunidad que trajo a la región la crisis del Covid-19. “La OEI siempre ha tenido la preocupación de vincular la educación con el mundo de la producción y el mercado de trabajo”, dijo. “La pandemia ha puesto en el centro del debate a la ciencia y la tecnología en relación con la generación de bienestar y salud, así como también de la producción de empleo genuino. Esta combinación de elementos nos obliga a repensar la realidad iberoamericana.” Las actividades del primer día del encuentro se abrieron con la presentación de un video breve con extractos de las entrevistas que el equipo del OCTS viene realizando a miembros del Consejo Asesor del Foro. El video contó con comentarios de Elena Castro (Universidad Politécnica de Valencia), José Luis Solleiro (Universidad Nacional Autónoma de México), Aída Sterin Prync (Instituto Universitario del Hospital Italiano, Argentina) y Guilherme Ary Plonski (Universidad de San Pablo, Brasil) y recorrió algunos de los puntos más relevantes de la vinculación universitaria con el entorno económico y social: factores críticos para la transferencia de conocimiento, la relación con el sector productivo en la cuarta revolución industrial, la influencia de la vinculación en la carrera de los investigadores y los pasos que deben darse desde la universidad para propiciar una conexión sólida con la industria.
A continuación, Rodolfo Barrere, coordinador de la RICYT, expuso los resultados preliminares de una encuesta de intereses que se lanzó en el sitio web del Foro. Un dato saliente tuvo que ver con la superposición de tareas de los profesionales que respondieron el cuestionario: 51% se dedica a la gestión, pero en gran parte lo hace a la par de sus tareas de investigación académica. Además, entre las problemáticas de interés reveladas, se encontraron la necesidad de contar con indicadores para la política y la gestión, la capacitación para la administración de la vinculación, la oferta y la demanda de conocimiento, la comercialización de resultados de investigación y desarrollo (I+D) y la inclusión social, entre otras.
Luego se llevó adelante la mesa “Administración y gestión de la vinculación tecnológica”, moderada por Barrere. Darío Codner, de la Universidad Nacional de Quilmes Argentina, discutió en torno al interrogante: “¿Qué perfiles se requieren para conducir las áreas de vinculación tecnológica?”. La presentación, comentada a posteriori por Plonski y Solleiro, propuso una serie de preguntas para el ámbito regional: cómo orientar el debate de una agenda de políticas para la vinculación y la transferencia tecnológica; cuán viable es la construcción de un subsistema de oficinas de transferencia tecnológica para amplificar el alcance de las universidades hacia entornos lejanos; qué perfiles se requieren para gestionar las oficinas de transferencia tecnológica; y qué esquemas de incentivos para mitigar tensiones entre la libertad académica (caracterizada en inglés como curiosity-driven research) y la comercialización de los resultados de I+D.
La última mesa del primer día, “Medición y desafíos para la vinculación con orientación social”, fue conducida por José Luis Pino, de la Universidad de Sevilla, España, y partió desde la pregunta disparada por la investigadora María Elina Estébanez (Centro Redes, Argentina): “¿Qué indicadores son necesarios para el diseño de políticas de vinculación tecnológica con orientación social?”. A partir de esta pregunta, comentada a su vez por Elena Castro (Universidad Politécnica de Valencia, España) y Gabriela Chidichimo (CONEAU, Argentina), se reflexionó sobre la creación de políticas de vinculación con orientación social a través del fomento de espacios de interacción en los que sea posible sopesar el impacto social de la ciencia, la tecnología y la innovación. Aunque se trata de un desafío de envergadura que involucra a todas las ciencias, sean duras o blandas, la medición de ese impacto también puede lograrse con la incorporación de los actores que canalizan las demandas sociales (sociedad civil, agentes de gobierno, intermediarios), la orientación de la I+D hacia objetivos de desarrollo social e inclusivo, el financiamiento de proyectos cooperativos de I+D y el extensionismo universitario.
“Ambientes de innovación”, primera mesa de la segunda jornada, contó con la moderación de Carlos Osorio, de la Universidad del Valle, Colombia, y abordó las problemáticas y los beneficios de los parques científico-tecnológicos (PCT) en el marco del interrogante: “¿Qué incentivos se requieren para construir y sostener ambientes para la creación, desarrollo y transferencia a la sociedad?”. La sesión incluyó una presentación de Eduardo Matozo, de la Universidad Nacional del Litoral, Argentina, así como comentarios de Fernando Amestoy, del Polo Tecnológico de Pando, Uruguay, y Federico Sedevich, secretario de nuevas tecnologías y economía del conocimiento del gobierno de la provincia de Córdoba, Argentina, y provocó un debate acerca de las resonancias que traen los PCT en tanto organizaciones especializadas que buscan incrementar la riqueza de su comunidad a partir de la promoción de la cultura de la innovación y la competitividad de empresas e instituciones de conocimiento. Los ponentes pasaron revista a las múltiples tensiones que se dan en su seno: las disparidades entre iniciativas públicas y privadas, la dificultad de medir el desempeño de los PCT, la necesidad de internacionalizar los programas que arrastran proyectos de este tipo y la importancia territorial que tienen para la población que los alberga, el impacto que los PCT producen a nivel social y la posibilidad de dar espacio en ellos a cooperativas y agrupaciones menos empoderadas. La principal conclusión a la que se arribó es que, dado que los PCT están obligados a ser innovadores, tienen que ser monitoreados por indicadores que sepan echar luz sobre la naturaleza de los parques y su estado de forma ante los desafíos que se les plantean.
Durante la segunda mesa, “Estructuras y dispositivos institucionales para la vinculación”, moderada por Paulina Beato, de la Barcelona School of Economics, España, se abordó la pregunta: “¿Qué condiciones organizacionales se requieren para la vinculación?”. Presentada por Ignacio Fernández de Lucio (Universidad Politécnica de Valencia, España) y comentada por Sterin Prync y Tomás Jellinek (Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina), la discusión se centró en la exploración de la vinculación como un fenómeno complejo y poliédrico, marcado actualmente por un indispensable trabajo en red y una jerarquización que debe tener en cuenta los contextos de cada país de la región. El debate llevó a los participantes a reclamar por un cambio de cultura que conduzca hacia una formalización del fenómeno mencionado. Todavía hoy la vinculación en las universidades pasa por las relaciones informales entre investigadores y constituye un esfuerzo que debe institucionalizarse para volverse eficiente. En Iberoamérica se puede hablar, con alcances limitados, de una vinculación entre individuos, pero no entre organizaciones.
Las palabras finales estuvieron a cargo de Mario Albornoz, que agradeció a los expositores y participantes por las interesantes discusiones de los dos días y destacó que el Foro tiene muchos temas para discutir, pero que siempre deben estar anclados en las características del entorno de la región, sus particularidades sociales y las características de su tejido productivo. El primer encuentro del Foro Iberoamericano de Indicadores de Vinculación dejó un terreno abierto para continuar con diversas líneas de discusión en torno a las interacciones de las instituciones que producen conocimiento con sus entornos económicos y sociales.